El Hombre y La Zona de Confort

El Hombre y La Zona de Confort

En psicología la zona de confort se refiere a un estado mental donde la persona utiliza conductas y pensamientos con los cuales evadir el miedo y la ansiedad en la vida diaria. Al estar en la zona de confort las personas crean un estilo de vida rutinario, en donde no se exige más allá de sus capacidades y no tenga que asumir ningún riesgo.

Cuando un individuo se encuentra en la zona de confort, se suele decir que está en un estado de #pilotoautomatico, pues todo lo que hace fue previamente programado por sí mismo, con el único fin de poder continuar sin necesidad de afrontar nuevos retos o problemas.

Se trata esencialmente de un es un espacio personal compuesto de estrategias y actitudes que son utilizadas de forma recurrente o muy a menudo, que proporciona una buena carga de sentimos confortables, que se instala en la manera de actuar porque genera cierta seguridad.

El hombre se relaciona diariamente con su entorno, lo modifica si es necesario para adaptarse progresivamente de manera que sea seguro, pero con la suficiente motivación para aspirar a mejores condiciones.

Aislados de Factores Externos

Aunque suele ser en algún sentido ciertamente agradable estar en la zona de confort, pues es natural evitar al máximo el impacto y estrés por factores externos, esta actitud suele propiciar una actitud conformista, y que además mantiene al individuo en el mismo nivel siempre, ya que esa falsa comodidad, paraliza la búsqueda de progreso o de las mejoras en la calidad de vida, por el miedo a fracasar y a no poder superar los posibles retos que se puedan presentar.

Esta zona sólo abarca lo conocido, el ambiente donde estamos a gusto y nos sentimos seguros porque todo está bajo nuestro control, pero la pasividad y la rutina provoca apatía y vacío existencial, impidiendo el crecimiento personal al renunciar a tomar iniciativas que ensanchen los límites de esa zona.

El mayor problema de estar en esta zona es que el bienestar que se siente no es producto de la satisfacción o el orgullo personal, sino de la ausencia de emociones negativas como la incertidumbre o la inseguridad, de encierro en un entorno conocido, por tanto, llega a dominar una especie de limbo donde no existen emociones negativas, pero tampoco positivas, dando lugar al vacío existencial.

La zona de confort se presenta de muchísimas formas, a veces es trabajar en algo simple en un entorno seguro sin querer promocionarse, y otras es mantener una relación que da seguridad a pesar de estar a disgusto. Todo eso por el simple hecho de no aventurarse a lo desconocido.

Las Rutinas y Hábitos

Ahora bien, hay una gran diferencia entre construir una zona de confort y desarrollar estructuras orientadas en los hábitos y rutinas. La orientación al éxito exige desarrollar disciplinas encaminadas a lograr objetivos y metas no sólo en el trabajo, sino además en la vida personal

Establecer rutinas de alimentación balanceada, ejercicios y por supuesto descanso nocturno con buenas normas y hábitos como el uso de un pijama no quiere decir que se trate de una zona de confort.

El hombre de éxito entiende que hay una preparación mental y física para poder alcanzar un mejor estilo de vida. Comer y dormir muy bien, son factores esenciales para enfrentar el día con energía, así como cuidar de una salud integral y de una imagen impecable.

El hombre que duerme en pijama, destaca una actitud y carácter de hombre ordenado, que cuida de su higiene personal en detalle, además de que se da un gusto de amor propio.

Conductas Que Describen la Zona de Confort

A veces basta con trabajo de reflexión y auto observación,  un poco para autoevaluar reales competencias, un poco de analizar cuál es el autoconcepto, en el caso de la zona de confort hay ciertas conductas que son claras alertas de que se puede tener una vida basada en ella, algunas de estas son:

  • Estado de desmotivación, lo que impide crecer emocional y productivamente.
  • Volverse rutinario permanentemente y tener miedo de dejar esa rutina por no saber cómo actuar ante el cambio.
  • Aislarse socialmente, por miedo a no saber cómo iniciar el contacto social y fracasar en el intento.
  • Sensación de tristeza y soledad, que en casos más graves puede llevar a la depresión autodestructiva.

¿Cómo Salir de La Zona de Confort?

Salir de esta zona no es algo fácil si se lleva mucho tiempo en ella, sobre todo si se intenta solo, lo mejor para salir de una zona de confort es pedir ayuda, de algún amigo, familiar o incluso un terapeuta, esto hará la tarea mucho más fácil.

Lo principal es plantarles cara a esos miedos, en muchas ocasiones incluso este temor paralizante de hecho no es tan grande, al hacer esto se fortalece psicológicamente.

Después de enfrentar estos miedos, el siguiente paso es ganar confianza en toda habilidad, competencias y propia capacidad, para ello lo mejor es establecer pequeñas metas y logros que se puedan alcanzar paso a paso, de esta forma construir la capacidad necesaria para alcanzar objetivos.

Es muy común que, al intentar salir de una zona de confort, sobrevengan estados de ansiedad o incomodidad, por lo que casi de forma automática la mente pone excusas para regresar al estado de comodidad, para evitar que funciones se deben anticipar, una buena técnica es mentalizarse para actuar en sentido contrario a lo que pida el cuerpo, asumiendo que un poco de ansiedad es positiva para mejorar y sacar partido del rendimiento y aumentar además la flexibilidad mental.

Sentir ansiedad o estrés es absolutamente lógico, pues entiende que en un terreno nuevo e inseguro que hay que explorar, aceptando el esfuerzo como un reto.

Al intentar escapar de una zona de confort se inicia un proceso de toma de conciencia de miedos y barreras mentales, lo que da paso a una etapa de autoconocimiento, lo que permitirá saber cómo actuar en pro de mejorar.

Atreverse a hacer las cosas de otra manera, atreverse a cometer errores y a ir más allá de lo conocido, ampliar los horizontes de conocimiento, emociones y crecimiento personal.

Recordar que la vida cambia y el cambio es incertidumbre, que además es posible adaptarse al cambio, logrando ser mejores personas y más satisfechos con las capacidades y logros.